Hablo sencillamente en
forma metafórica, donde me puedo librar de los pesos de la carne, donde hay dolor sin dolor,
donde hay alegría sin alegría, donde no exista en la no existencia.
Iré al lugar habitado por
letras, que se han convertido en un lamento ahogado con fantasías, y en las cuales se han
apilado un cumulo de letras que tomaran a mis parpados para evitar que
descarguen sus lágrimas.
Y poco a poco ahí disminuiré
y me haré pequeño, sin las cosas que me consumen, con el equipaje vacío de
memorias dañinas, y con la dosis adecuada de melancolía impregnada de recuerdos,
en el universo alterno de los tiempos pasados del haber.
Me voy y decidiré alojarme
entre puerta y puerta, mi única dirección para correspondencia será quizá el
ayer y hoy, abriré las cortinas, me sentaré en el alfeizar de mi ventana… Y se
me escapa una sonrisa ligera, la oscuridad ha sido sustituida por luz…
¿Y cómo es? No lo sé,
seguramente lo descubriré.
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