Y un día de hace tantos quizá hace
unos meses o más seguramente Hoy, mi Amiga del Alma me estaba preguntando por qué soy demasiado
empalagoso (yo sé a qué se refería) y no pasaba un mes sin que le
mencionara algún invento de esos que a veces escribo por aquí y el porqué de mi
actitud tan poco común cuando le abría la puerta de mi pequeño armazón de metal
rojo.
La verdad es que si me lo
preguntaran nuevamente no sabría dar una respuesta, ni yo sé por qué razón mi
cabeza procesa ideas tan idiotas a veces… ¿Piensan acaso que es anticuado en esta
época dedicarle un par de bonitas palabras a alguien? ¿O ser estúpidamente ingenuo
y creer después de tantas decepciones en que encontraremos a alguien que nos cambiara
la vida? Y dejando a algo tan poco convincente verlo en tiempos como estos…
¿Abrirle la puerta del vehículo a alguien solo por el simple hecho de ser un
intento frustrado de caballero? ¡Patrañas que me sucede! Creo que vivo en la época
en la que ninguna de estas cosas y muchas otras relacionadas ya no tienen
sentido de ser.
Y sin ser descortés, tenía
ganas de responderle y preguntarle a la vez… ¿Y por qué no ser así?
Creo que le hemos perdido el
valor a detalles tan simples… O quizá complejos porque como cuesta ponerlos en práctica,
ya que la verdad yo no soy tan empalagoso como creen pero bueno, en realidad no estoy aquí para convencer a alguien sino para disfrutar que no
soy otro más que se dejó sabotear por un sistema poco detallista... Y le sigo viendo después de todo algo bonito a todo esto.
En eso me detiene un agente de
tránsito y me dice: Señor, Buenos Días… Sus papeles por favor.
Y sabía que era poco probable
salvarme de una infracción y que este agente inquisidor se compadeciera de mi este
armazón de metal rojo que estaba herido pero que seguía caminando…
Sin embargo volviendo a la realidad… Me salve de una infracción.
P. D.: Tenemos una pequeña
conversación que quedara pendiente entre ustedes. En realidad está era la
segunda parte de la primera.
P. D2.: Podría decir que ayer fue
un bonito día para perdernos en la ciudad…
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