Hace poco que me sentía nostálgico
por algo tan tonto de cierta forma que sucedió en mi niñez, específicamente mis
años de primaria. Resulta que en la época en que las inocentadas entre pequeños
de primaria era a tal grado grandísimas y todo lo resolvíamos con los “papelitos”.
Las condenados papelitos
sirvieron en mis años de infancia como las mejores mensajeras para pedir
prestado, un borrador o un lápiz. Y que decir las perfectas cómplices de “Rony”
para hacerme perder con “Cristina” y si contara que sucedió ese día creo que
puedo decir que alcance una felicidad tan vaga como si hubiera sido yo un
ganador de un concurso de quien apunta al centro de una diana de tiro con arco.
En fin los famosos papelitos ayudaron a crear las primeras parejas de “Novios”
de la clase y a intensificar la enemistad entre las dos clases rivales; de solo
recordar el haber casi iniciado una rivalidad que al final termino haciendo tan
buenos amigos con la clase contraria, me hace pensar que ojala la vida fuera
más fácil como cuando era niño.
Un papelito te salvaba de
todo… Un “papelito” es lo que necesito ahora; pero creo que necesitaría mínimo
unos cien de ellos para solucionar situaciones como las que me está tocando
vivir ahora. ¡Pero tengo una idea! Hare un papelito se la mandaré a quien
corresponda y así los problemas se irán volando con un papelito…
No hay comentarios:
Publicar un comentario