Hace una semana estabas con
nosotros quien iba a decir que dos lanzadas al corazón dentro de pocas horas te
iban a llevar por siempre de este mundo… Eras solo un joven, que dentro de dos
meses celebraría su mayoría de edad, siempre que estuvimos en el colegio
pensabas que tenía un buen futuro, de forma extraña pero prometedora… Y heme aquí
escribiendo un epitafio que sé, hubiera sido el perfecto discurso para ese día
en el que te fuiste para siempre… De
forma extraña estas aquí solo como un recuerdo, como cuando llegábamos temprano
al colegio y con los pocos que habían jugábamos a los electrizados, y cuando después
fuimos cambiando luego a futbol y luego a juntarnos esporádicamente porque la
Universidad nos tenía ocupados, ahora entiendo por qué llamabas, porque sabías
que iba a ser la despedida, solo que sin despedidas, sin un Adiós, ni un hasta
pronto… Solo fue la forma caprichosa de remorderme y decir porque nunca te
comente de las cosas que hacía… Yo lo sé, pudiste haber sido de las pocas
personas que entenderían ahora estaré más alerta a esas señales aunque sea
tarde pero te recordaré… Como Bimbo o como Chavito… Qué más da ahora que ya no
estas… Ahora se me venía a la mente cuando eras el único que sabía latín y
podía cantarlo, fuiste grande “Chavito” hasta fuiste a las ultimas fronteras más
recónditas haciendo uso de tu gran don estando en los coros de edificios emblemáticos…
¿Y así decías que no habías hecho mucho? Lo sé, siempre la Señorita Asturias
nos hizo pensar en grande y tener altas expectativas, tan típico de nosotros… Chavito
ahora ¿Quién estará cada Viernes Santo en las filas para saludarlo y que me
diga “buen turno”? ¿Quién le dará a mi hermano ahora un cargo? ¿A quién veré
cuando sean las tres de la mañana de cada frio Viernes Santo? ¿Con quién oiré la
sentida melodía que sonaba en el templo mercedario? ¿Cuándo pasemos por el
parque Morazán a quien le pediré que me avise cuando ya se vayan todos? ¿Quién será
el que llore a mediodía en frente de la Catedral? Hay muchas preguntas y
ninguna respuesta…
Estas palabras seguramente mi
hermano las hubiera querido decir, pero las he dicho yo porque hubo a parte de
una amistad una forma de ver las cosas muy diferente que a todos nos une…
Ahora ya no serás el que
cargará a Jesús, ahora él te cargara a ti…
Porque cuando
alguien muere, hay dos que botaran viriles lagrimas por un tercero…
Por aquel que ya no está.
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