Hoy fue un día estresante para mí pues tenía uno de esos
parciales de muerte. Baje del carro camine por la plaza de la Universidad y subí,
sin antes percatarme exactamente que salón era el que me correspondía, estando
ya en el tercer nivel del Edificio B busque en mi cuaderno el número de Salón
correspondiente, desde donde me encontraba fui pasando de salón en salón, hasta
que di con aquel número mágico que buscaba… Era el Salón sin número, el famoso
y solo ubicado por conocedores, El Salón Santana.
El por qué lleva este nombre no lo sé, pero sí sé que en
ese salón inicie una de aquellas aventuras en las que te embaucas con las
personas que menos te esperabas en la vida… Al entrar y ver esa luz tan característica
de este lugar, a mi mente viajaron recuerdos de hace casi 3 años atrás…
Todavía estaba la “Columna de los Enamorados” aquella
donde se escribían no únicamente frases o promesas sin sentido de pertenencia
alguien, sino que insignias soeces y satíricas de los entes involucrados en
problemas que no se imaginan.
Puedo decirles que allí recibí clases con la Dra. Deborah
Escobar y no solo eso, conocí a la gran mayoría de mis amigos, muchos de los
cuales, por diversas circunstancias salieron o simplemente la casualidad ya no
nos pudo unir.
Recuerdo el haber hecho ahí una de las pruebas más
decisivas de mi carrera y ganar con un punteo envidiable, y es que este lugar
me dio tantas alegrías y tristezas, fue mi lugar consentido.
Además en este lugar aprendí a volar sin siquiera tener
alas, a jugar a las escondidas, a poner en practica mis clases de Hipodermia,
aprendí que no hay dos sin tres, a querer sin importar las diferencias, a ser
valiente y llorar por lo que se pierde, pero sobre todo aprendí a vivir al máximo
cada emoción y momento presente…
Este fue mi lugar de escape a la realidad, por aquí empezaba
el portal a la fantasía donde estuve acompañado en su tiempo de las personas
que participaban de esta locura, aquí era nuestro pequeño paraíso y que cuando
alguien venía estaba esa complicidad de alguien que te dice: ¡Rápido se acerca
Alguien!
Aquí hice mi examen el día de Hoy, pero al ver que
todavía estaba escrita una frase muy particular, no pude dejar de pensar en
aquella frase que en su tiempo y aun ahora evoca a unos cuantos años atrás, a
la genialidad e ingenuidad de algo que trascenderá y tendrá un simple
significado en tres palabras de un idioma llamado el del Amor…
Tout Âme Mediter
T.A.M.
P. D.: ¿Cómo te habrá ido hoy?
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