domingo, 28 de junio de 2020

A través de la Ventana

Siendo una noche un tanto fría, con restos de gotas de lluvia que aun se resbalan por la ventana de mi habitación, vi como se empañaba al fondo un sol agonizante, que era abrazado con un fuerte abrazo con más sabor a viento, prediciendo una noche triste, una noche con estrellas que llora a alguien que no desean que se marche. No te vayas.

Baje a la cocina, tome un poco de los restos de una bebida oscura que tenía un fuerte sabor amargo, y mientras pasaba regalando una ultima mirada al jardìn que besaba las flores del otro jardìn vecino, escuhé una última bandada de aves que cantaba mientras regresaba al nido del arbol de jacaranda, que habían adoptado como hogar.

Ya de nuevo en mi habitación, volví a sentir nostalgia por años pasados y busqué el cuaderno rojo. Este era un sitio donde guardé historias inconclusas, intentos fallidos de poeta, pero más historias breves, que hablaban de lo mal que se me da la jardinería y lo bien que se me da tomarme el ultimo vaso de jugo del congelador. 

Y ahí estaba otra vez. De nuevo. Con la mano temblorosa, que apenas sostenìa un plumón de tinta negra, mis ojos a penas lograban ver y no era por la oscuridad y que tenía cerca de mi mano la luz de la mesita de noche, creo que se empañaban mis ojos por restos de lluvia, y por los recuerdos atrapados de un par de mensajes que se venìan a mi mente.

Era ya de madrugada, a muchos kilometros, con un poco de calor y con una dosis justa de soledad... Un poco de dolor, tal vez lagrimas, tal vez más decepciones, puede que sea un poco de muchas sensaciones, puede que sea no creer en personas que pasan una sola vez en la vida... 

Me quede esperando toda la noche, porque el dìa siguiente aún no comenzaba, a penas aquí era noche, pero en los famosos jardines de Toscana, en la habitaciòn blanca de la mujer con piel de copos de nieve, habìa solo un pensamiento, había algo que por más que quisiera decifrar, no hallaría ni con papiros antiguos encontrar su significado. Solo era ella como siempre lo había sido, la chica con la que una vez soñé que tomaba a la luz de una chimenea aún humeante. Te vi entonces sentada en esa banca de hierro forjado, con sonidos de aves silvestres de fondo y una que otra ardilla jugando, a pesar de no ser epoca de ellas.

Entonces escribí en mi cuaderno rojo:





"No quiero que te vayas... Regresa pronto".




P. D.: ¿A que sabrá un espagueti con mejillones?


domingo, 20 de agosto de 2017

¿El principio o el final?

Queridos visitantes a continuación vengo a explicar el porqué de mi ausencia...

Más bien no tengo una causa justificable, más que decir que comencé un viaje, lleno de muchas experiencias, que quizá me hayan hecho el tipo más torpe del universo, nada que ver esta vez con pensamientos profundos como la taza de café que tomo en este momento, pero sí, lo suficientemente apetecibles de leer como esas ganas de tomar un poco las cosas en serio.

En fin el principio o final... ¡No lo sé! Solamente sé que extraño en este momento mucho a alguien y si es que remotamente lees esto... Como aquella vez que te fui a ver sin importar las distancias que nos separan, no solo física y emocionales... Lo sabes, te extraño y seguro también sabes algo más... 

¿Sabes donde estoy?



P. D.: Te iré a buscar, te esperaré lo necesario...

jueves, 3 de diciembre de 2015

Sin nombre

En algún momento, todo debió surgir de la nada (incluso ese mismo momento), aunque en sí la nada, puede ser solo otro concepto mal empleado, pues aunque no exista nada, la nada existe; algo paradójico ¿no?

Soy alguien que... Vuelve, o quizá nunca existió. -Me dije a mi, frente a un espejo-

Vivimos nuestra vida, o la vida de alguien que supo imprimir, bien sus dogmas, sobre nosotros, aunque sea díficil verlo todo desde ese punto de vista.

Ser sin nombre, tú que saliste de la "nada" hay afuera tantas preguntas, muy pocas respuestas claras, pero después de todo, aquello que no tiene explicación racional, para lo que consideramos racional y de acuerdo a nuestra capacidad de humanos pensantes, a ti ser sin nombre... Te has preguntado alguna vez:

¿Quién eres?

viernes, 27 de marzo de 2015

Para Ti: Mandm

Para Ti:
Hola, si algún día vuelves a pasar por aquí, debo decirte que desde que empieces a leer esto, y conforme avancemos juntos, mi meta es que sepas lo siguiente: ¡Que te quiero! Y lo importante que eres para mí. Quizá te preguntes ahora muchas cosas, y tienes toda la razón, de por qué nunca te hable más seguido, y no es porque tuviera miedo de que me comieras, como tú me dijiste, ni tampoco que te tema, en absoluto ninguna idea extravagante que venga ahora a tu mente, ninguna de ellas es, o bueno eso es lo que quisiera que sepas y sientas, por favor no te desesperes, sigue leyendo.
 
Mi querida amiga, no sé ni cómo decirte esto, pero la verdad, si pudiera resumir en una palabra por qué tartamudeaba tanto cuando te veía, es porque me traías… ¡Loco! Si en efecto, espero me creas, pero sentía que cuando te veía por ahí caminando, una corriente eléctrica me corría por todo el cuerpo, y apenas lograba articular palabra, para decirte algo, que no sea un simple ¿hola? o un ¿cómo estás? 
 
¿Sabes algo? Hiciste que mi existencia, saliera completamente de lo rutinario, y eso que sin conocerte, solo sabiendo que detrás de un pseudónimo como “Mandm” ya me había enamorado de tus letras, o del idilio emocionante de saber, que detrás de una ventana se escondía alguien como tú. Hasta el día de hoy me pregunto… ¿Existe una explicación lógica para entender por qué razón nos conocimos de una manera tan magnífica? A veces pienso que podría escribirse una bonita historia y otras  veces a tientas, me imagino tantas cosas que pudiera decirte, sobre lo que pienso de ti, sobre lo que sentí, y sobre lo que espero de todo esto. Pero el día que supe quien eras, y te conocí en persona, me lo creas o me lo creas, pensé en algo: Tú eres ella.
 
Mi querida “Mujer de Blanco” gracias por haberte cruzado en mi camino, por haber compartido esas pocas palabras que pudiste conmigo, pero que aún pienso y guardo, como algo que nadie jamás, podrá volver a hacer, porque eres tú alguien genial, fuera de este mundo, y si pudiera haberte conocido mucho mejor, o mejor dicho, hubiera hecho las cosas de forma diferente, quizá te habría dicho tantas cosas, que aunque entre lágrimas te las diría, serían tan sinceras, y sabrías todo, todo lo que pienso de ti…
 
Niña, linda, gracias por lo que fuiste, espero que si alguna vez pueda cruzarme de nuevo en tu camino, llegue yo a decirte con toda mi alma y todas mis fuerzas, lo maravillosa y bella, que eres… Te quiero.
 
Con toda mi alma, a mi escritora, a quien siempre leo, y a quien conocí alguna vez en medio de algunos pasillos… Mandm.


P. D.: Porque tú me aguantas tanta cursilería...

jueves, 26 de marzo de 2015

Rambutanes

A veces me gusta pensar que no estamos tan lejos, pero otras veces eso es inevitable. También me gusta pensar que a veces el tiempo es relativo, sin ahondar en teoremas científicos complejos, que apenas logro entender, pero todavía sigo necio y aún no puedo aprender, que nada es para siempre.

Me gustaría pensar otra vez en que toco la puerta de tu casa, te espero impaciente en la acera, me siento, sales, abro la bolsa con rambutanes, y comemos uno a uno. ¿Habrá momentos iguales? No. Solo es producto de una mente inestable, que se vuelve a refugiar en recuerdos que nunca pasaron. O quizá vivimos a recuerdos de distancia.

A veces me gusta pensar que no estamos tan lejos y que solo cierro los parpados, para sentirte frente con frente, nariz con nariz, boca con boca… ¿Y por qué no? Alma con alma.



P. D.: "Yo" y mi mundo imperfecto. 

lunes, 23 de marzo de 2015

Y que te puedo decir...

Y que te puedo decir, me he ausentado -obviamente- y también he pensado que escribir hoy... Son las 11:21 P. M. y ahora he decidido volver como "alguien" a quien nunca le hice falta. Para que aburrirte pequeño mundo lleno de cráteres, simple y llanamente, yo quise esconderme debajo de la almohada, como cuando tenía miedo, como cuando te fuiste...


P. D.: Presagio y oda a quien se fue...

lunes, 31 de marzo de 2014

Doña Nila


No sé que decirte; solo sé que este fue el mes más confuso que pude tener en mi tonta existencia; pero en fin he sido tonto y eso no se me quita. Haber querido Marzo ¿Pensé que tu y yo nos llevaríamos bien? Creo que pago al fin mi deuda sin saldo; aquella la que le debía a Doña Nila.

jueves, 20 de febrero de 2014

120 Horas

Se preguntaran acaso… ¿Es posible que suceda algo interesante en 120 horas?


La respuesta es sí. Puedes ir a un concierto de una banda que jamás te ha gustado; ser partícipe de una complicidad letal con un amigo de toda la vida, recibir el mensaje más triste pero más egoísta que solo a ti te alegrará; puedes llamar a casi  media noche solo para intentar dar consuelo a alguien que querías… ¿Cómo así alguien que querías?


Si alguien que en 120 horas se convirtió en eso que jamás se imaginaba; en quien por un momento pensaste que te permitiría darle una vuelta a su mundo; pensaste en quien menos te imaginas, caíste donde no pensabas hacerlo y fuiste tan estúpido para decir un ¡Te Quiero!


¡Despierta! Esto es demasiado perfecto para ser real en 120 horas te diste cuenta que pudieron haber sido el uno para el otro en una realidad alternativa, que cuando tu buscabas reencontrarte en un lejano lugar cerca del lago más hermoso del planeta; pasaba frente a ti un dolor de cabeza tan deseable, en 120 horas te diste cuenta un día lunes el por qué somos tan parecidos. ¡¿Por qué no nos conocimos antes?!


En 120 horas dices cosas estúpidas; en 120 horas te dañas a ti mismo y con consentimiento de acciones que sabías que tarde o temprano vendrían… En 120 horas te comen los malditos celos y quieres convertirte en un payaso ninja que sea capaz de defenderla. En 120 horas te sientas exactamente donde alguna vez mentiste sobre tu gusto por ella y en el mismo lugar brindas con un poco de bromelina en la boca para matar a todas esas infestantes mariposas que no deberían de existir. Debería catalogarse el dolor auto infligido como un delito mayor y a quien lo consiente como un maniático que debe permanecer encerrado… En 120 horas tu mundo da vuelta y en 120 horas mueres y vives en un espacio que no existe.


Estas 120 horas no son un elixir ni tampoco un veneno. Solo son 120 horas justas y equitativas para derrumbarte desde el cielo a la tierra.






P. D.: Si tan solo te hubiera conocido antes… Todo sería muy diferente.



lunes, 27 de enero de 2014

Semana y Hoy


Quiero escribirte algo no entiendo si está vez me tocará lo que te he pedido desde hace mucho tiempo; no sé si pararé de nuevo en una desesperación de obtener algo que es imposible… Pero sea lo que intentas hablarme a través de tu misterioso y difuso lenguaje; te quiero dar gracias por esta semana y hoy .

Gracias Dios.


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